Estrategias de estudio y organización para los exámenes de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU)

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La preparación para los exámenes de la PAU puede ser abrumadora debido a la cantidad de materias y proyectos que manejar. Sin embargo, con un enfoque estructurado y estratégico, este proceso puede ser más llevadero y efectivo. Aquí se presentan algunas técnicas esenciales para optimizar tus sesiones de estudio y mejorar tu organización.

1. Creación de un entorno de estudio adecuado
En primer lugar, es fundamental disponer de buenas condiciones en el momento de estudio. Estas condiciones se refieren tanto a factores externos como internos. Cuando se habla de los aspectos externos se hace referencia al lugar dónde se estudia; es fundamental procurar que haya una buena iluminación, que el entorno sea silencioso y que la temperatura nos permita estar cómodos sin sentir frío ni calor, y debe ser un lugar bien ventilado. Además, es importante no estudiar reclinado en la cama o sofá ya que el cuerpo se relajará y no prestará la suficiente atención, además de no diferenciar entre el lugar de relajación y el de estudio. Para terminar de tener un buen espacio de trabajo es importante tener a mano todo lo que se necesite para estudiar, es decir, material escolar, agua, etcétera, y no tener que interrumpir el estudio por ir a buscarlo.


2. Mantenimiento de la salud física y mental
La efectividad del estudio no solo depende de la calidad del tiempo dedicado a él, sino también del bienestar físico y mental. Es crucial cuidar la vista, descansar adecuadamente y mantener una buena alimentación para soportar las largas horas de estudio. Además, la motivación y la capacidad de concentrarse son clave; entender los objetivos de estudio y mantener una actitud positiva puede mejorar significativamente el rendimiento.


3. Gestión del tiempo y planificación
Organizar el tiempo eficientemente es crucial. La concentración es muy importante, hay que centrarse en pensar sobre lo que se está leyendo y no en otras cosas que no están ocurriendo en ese momento; para ello es importante mantenerse relajado y relajada.

Una vez que las condiciones son óptimas para el estudio, establecer objetivos y metas es importante para mejorar el rendimiento. Si se pretende estudiar todo de golpe, lo más seguro es que no se acabe estudiando nada, por eso es necesario separar por metas qué estudiar en cada momento priorizando las tareas según la fecha de entrega o de examen, el tiempo que requiera y la dificultad que tengan. Para eso hay que organizar el tiempo y una herramienta útil es la creación de un cronograma o agenda semanal; el cronograma es muy personal ya que hay que tener en cuenta las rutinas familiares, las actividades extraescolares, las dificultades y las habilidades de cada persona y la carga de trabajo, la idea es anotar las fechas importantes de exámenes y entregas para visualizar qué es lo que hay que hacer. A partir de ahí, organizar el estudio según estas fechas.

Como bien se ha comentado antes, no se puede estudiar de golpe, por lo que hay que dividir los temas de estudio. Para poder crear un hábito se aconseja establecer un horario fijo para cada una de las tareas que se pretende hacer, por lo que es de utilidad crear una tabla donde escribir todo de manera organizada. Está demostrado que estudiar en intervalos de tiempo con descansos es más efectivo que estudiar mucho tiempo seguido, ya que en tiempos cortos es posible mantener la intensidad mientras que en periodos largos el cansancio acaba pasando factura. Los descansos deben durar unos 10 minutos aproximadamente y utilizarlos para estirar las piernas, ir al baño, tomar el aire, relajarse, etc.


4. Técnicas de relajación y concentración
Para estudiar de manera eficaz es necesario estar relajado/a, por eso es recomendable conocer algunas técnicas que nos ayuden a estarlo y poder pausar todos aquellos pensamientos y sentimientos de agobio e intranquilidad que pueden aparecer a lo largo de la sesión de estudio. Se aconseja realizarlas todos los días entre 15 y 30 minutos. Unas de las más conocidas y efectivas son:

  • La relajación progresiva de Jacobson: consiste en ir apretando y relajando los diferentes músculos del cuerpo progresivamente. Por ejemplo, se aprieta el puño durante 10 segundos y después se suelta, después, flexionando el brazo; y así sucesivamente pasando por las piernas y pies, el estómago y la cara. Concentrarse en la conciencia corporal ayuda a entrar en estado de relajación y a controlar las tensiones del cuerpo.

  • La relajación mental de Schultz: en este caso se trata de decirse a uno mismo en silencio, desde la mente frases similares a “mi cuerpo está en calma”, “mi corazón late con calma”, etc. A continuación, se realizan respiraciones profundas de manera consciente, escuchando al cuerpo.

5. Estrategias efectivas de estudio

Una vez se empieza la sesión de estudio, una técnica útil es la lectura global, que consiste en “echar un vistazo” a lo que contiene el tema o el contenido que se ha planificado estudiar en ese momento para hacerse una idea general sobre lo que trata. Una vez se ha realizado, se pasa a la lectura comprensiva en la que se debe leer detalladamente el contenido, subrayar las ideas principales, buscar aquellas palabras que no entendamos y escribir palabras claves en los márgenes del texto.

A continuación, es buena idea hacer un resumen, utilizando los títulos y los subtítulos del temario, las palabras clave que se han escrito antes y las ideas subrayadas. Se pueden incluir aclaraciones si es necesario para comprenderlo mejor. La idea de un resumen es que al leerlo se pueda formar en la cabeza aquello que se ha estudiado a fondo recordando aspectos clave; por eso debe realizarse después de haber leído comprensivamente el contenido y no antes, para no dejarse nada.

Otros recursos que pueden servir para rendir en el estudio son los gráficos, los diagramas, las tablas y mapas conceptuales. Estos últimos son de gran utilidad, ya que sirven para visualizar de manera esquemática contenidos importantes y conceptos clave, así como relacionarlos entre sí entendiendo la relación de contenidos para una mayor asimilación de los contenidos; además de jerarquizarlos y ordenarlos, de esta manera el aprendizaje es más significativo.

6. Autoevaluación y ajustes

Evalúa tu comprensión y el progreso del estudio mediante autoexámenes. Esto te permitirá identificar áreas débiles y ajustar tus métodos de estudio según sea necesario.


7. Preparación de exposiciones orales y escritas
Articular tus conocimientos tanto en forma oral como escrita es una excelente manera de reforzar lo aprendido y asegurarte de que puedes explicar los conceptos clave claramente, lo cual es un buen indicador de un aprendizaje sólido.

María Martínez Hernández
Departamento de Orientación Escolar de Colegio San Cristóbal.

BIBLIOGRAFÍA
Fau, M. E. (2011). Cómo estudiar: ( ed.). La Bisagra. https://elibro.net/es/lc/bibliotecaui1/titulos/76841
Micolini, A. (2006). Competencias para un estudio eficaz: (3 ed.). Editorial Brujas. https://elibro.net/es/lc/bibliotecaui1/titulos/77977
Ontoria, A. (2010). Mapas conceptuales: una técnica para aprender: ( ed.). Narcea Ediciones. https://elibro.net/es/lc/bibliotecaui1/titulos/45959

 

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