¿Cómo fomentar la expresión de las emociones en nuestros hijos?

Las emociones son un estado, un conjunto de reacciones orgánicas que todos experimentamos al responder a ciertos estímulos externos, estas tienen una finalidad primordial en nuestra vida y cada una de ellas cumple un papel fundamental que nos ayuda a adaptarnos a una situación concreta respecto a otra persona, objeto, lugar...

Las emociones están siempre con nosotros y a medida que vamos creciendo desarrollamos mecanismos para identificarlas, en nosotros mismos y en los demás, enfrentarlas y controlar las reacciones que nos generan. Resulta primordial aceptar todas las emociones y evitar comentarios que las desprecien o no le den el valor que tienen, todas las emociones son correctas y tienen una finalidad, es tan importante sentir felicidad como tristeza para poder gestionarlas de manera adecuada.

Las emociones se pueden clasificar en básicas y complejas, las básicas son más fáciles de reconocer y de trabajar que las complejas, que son más abstractas debido a que interfieren más mecanismos en ellas. A medida que los niños y niñas crecen pueden asociar y gestionar distintas emociones sobre los cambios fisiológicos que se producen en su cuerpo, en este sentido resulta fundamental crear un contexto tranquilo donde el menor se sienta cómodo y con la confianza suficiente para que nos cuente cómo se siente, para ello es importante favorecer situaciones de diálogo y no de interrogatorios y presiones.

Los padres y madres son el modelo de referencia de sus hijos e hijas y tienen que saber que es importante compartir sus alegrías, preocupaciones y pensamientos con ellos para servirles de guía ante las distintas situaciones que nos podemos encontrar.


Para ayudar a nuestros hijos e hijas a expresar sus emociones podemos:

• Ayudarles a identificar la emoción: Usando dibujos, buscando expresiones faciales para unirlas con la emoción que representan, dibujándolas, utilizando caretas …
  
  
• Hablar de las emociones a través de películas, cuentos, …: Estos apoyos audiovisuales pueden ser de gran utilidad y son métodos muy potentes para poder trabajar con ellos, aquí podemos trabajar la identificación de las emociones y el por qué se producen con preguntas del tipo... ¿Qué ha pasado para que el personaje se sienta así?
  
  
• Debemos trabajar las emociones cuando estén receptivos y tranquilos, no resulta productivo ni recomendable tras una rabieta o una discusión. En ocasiones nuestros hijos e hijas reaccionan de una forma poco apropiada o con una intensidad muy elevada, estas situaciones las podemos trabajar en otro momento a través de role-playing o dibujos, dibujamos la situación con la emoción y la reacción que hemos tenido y otras reacciones (más adecuadas) y que ellos elijan cómo reaccionarían ante esa actividad. Muchas veces no se ven reflejados debido a que a veces son impulsos y es una forma de razonarlo con ellos.
  
  
• Ofrecerles ayuda para que encuentren sus propios recursos, en algunos momentos el miedo a que esa situación sea para siempre o que no tenga solución aumenta la intensidad de la emoción, por eso es fundamental ayudarle a crear y ver la solución a dichas situaciones, por ejemplo, en los tiempos de espera, a veces se enfadan o se ponen triste ante las inevitables esperas, el tiempo como sabemos es muy subjetivo, por eso tener ayudas visuales siempre beneficia, “ahora no podemos pero cuando suene el reloj ya nos toca” o “ves este reloj de arena cuando toda la arena esté abajo ya es tu turno”, ….
  
  
• El monstruo de las emociones, es un juego y cuento muy útil para trabajar la expresión de nuestras emociones básicas.

En conclusión, nuestros hijos e hijas necesitan entender sus emociones para poder expresarlas de manera correcta, y así tener un buen desarrollo emocional que les beneficiara en su crecimiento personal.

María Martínez Hernández
Departamento de Orientación Escolar de Colegio San Cristóbal.