La importancia del juego en el desarrollo infantil

El juego desempeña un papel fundamental en el desarrollo infantil, este ocupa gran parte del tiempo en todos los contextos. A través del juego los niños desarrollan su personalidad, habilidades sociales, capacidades intelectuales y psicomotoras, y en general proporciona experiencias que serán vitales en años posteriores.

Al jugar de manera individual se fortalece su creatividad, imaginación e independencia; y al hacerlo de manera grupal se favorece la empatía la responsabilidad, la cooperación, el intercambio, el respeto de los turnos y el control de impulsos.

Existen muchos tipos de juegos pero todos comparten el mismo fin: la diversión. Además, suelen ser muy beneficiosos y suelen ir acompañados de diversas modificaciones en función de la edad y del nivel de maduración.

Durante los primeros años, el juego se utiliza como método de comunicación, es una forma de expresar y aprender a relacionarse con los demás. Durante estos años los niños se sienten más atraidos por juegos de tipo motor que implican actividad física (saltar, correr, …) de esta forma, desarrollan y aprenden a coordinar los movimientos y a reconocer las diferentes partes del cuerpo, lo que resulta esencial para su desarrollo físico. A través del juego también existe un importante desarrollo cognitivo (toma de decisiones, resolución de problemas, procesos cognitivos básicos, ...)

Se pueden encontrar diferentes ventajas según el tipo de juego:

Juegos didácticos: Permiten enseñar y aprender diferentes conocimientos.

Juegos de fantasía: Disfrazarse, hacer teatros, role-playing,… resultan muy divertidos para los niños de todas las edades fomentando su creatividad e imaginación.

Juegos de construcciones: Favorecen la adquisición de una visión espacial. Aprenden conceptos como proporción, equilibrio, simetría, tamaño y potencian su imaginación y creatividad. Suelen ser muy entretenidos para todos los participantes.

Juegos de mesa: Fomentan la cooperación y las habilidades sociales, la mayoría de ellos están diseñados para jugar en parejas o en grupos. Son ideales para trabajar la memoria, aprender estrategias y ampliar vocabulario.

Es muy importante dedicar tiempo a jugar con ellos, debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones:

Resulta fundamental jugar con ellos un mínimo de media hora diaria, esto nos ayudará a crear un vínculo de confianza.
Recuerda que la esencia del juego es disfrutar y aprender, evita las competiciones que se alejan del verdadero sentido del juego, es muy importante fomentar los juegos de tipo cooperativo.
Desarrolla la inteligencia emocional a través de los juegos. Ayúdales a transmitir y expresar las emociones experimentadas.
Estrecha y fortalece los lazos afectivos a través del juego.
Gana y pierde. Es muy importante aprender a perder para trabajar la frustración de nuestros niños.

Comenzamos a jugar cuando somos bebés y, lo hacemos de manera espontánea porque es una necesidad que tenemos desde niños para poder comprender todo lo que sucede a nuestro alrededor.

Podríamos resumir los objetivos del juego en:

Participar en los juegos de los niños desde que son pequeños es hacer que se sientan queridos, por eso el juego ayuda a potenciar su autoestima y seguridad.
Pueden exteriorizar su personalidad, es decir, mostrarse como son.
Cuando saltan o corren están desarrollando sus capacidades motoras.
Si juegan en grupo adquieren habilidades sociales, aprenden a cooperar y a saber respetar a los otros y, por si fuera poco, a través de los juegos perfeccionan el lenguaje y aumentan su desarrollo intelectual.
También aprenden a memorizar y, lo que es más importante, a razonar, pues se crean situaciones en las que los niños tendrán que buscar soluciones.

Está claro que el juego da muchas posibilidades educativas y, aunque el niño no juega para aprender, acabará por aprender jugando porque, sin duda, los juegos son aprendizaje y nuevas experiencias.

María Martínez Hernández
Departamento de Orientación Escolar de Colegio San Cristóbal.